¿La formación como gasto o inversión?

Hemos visto la relación entre la formación, la productividad y la motivación. Es momento de considerar si al final la formación de empleados en una empresa resultará un gasto o una inversión. Es por eso que planteamos a los empleados y empresarios si consideran la formación como gasto o inversión.

Las diferentes perspectivas de la formación como gasto o inversión.

• Los empresarios

Los empresarios a primera vista consideran que la formación es un gasto. Pero siempre tienen en cuenta otras perspectivas como es la del director de Recursos Humanos, el cuál afirma que la formación para el empleo es una inversión imprescindible dentro de las empresas. Es por eso que empiezan las dudas de si respecto a la formación como gasto o inversión.

• Los empleados

Los trabajadores tienen una visión más subjetiva sobre la formación en la empresa, ya que son ellos los que se benefician de ella. Todos los empleados consideran que la mejor forma de aprender es mantenerse durante años en una empresa. Por lo tanto, valoraran esta formación de empleados como una inversión que la empresa realiza en ellos para que sean más eficiente y aumenten sus conocimientos y responsabilidades.

Aspectos a tener en cuenta para considerar la formación como gasto o inversión

Cuando hablamos de gasto no solo tenemos que tener en cuenta el gasto como coste económico sino también como coste temporal. Al igual que con la inversión.

Muchas veces una formación en la empresa puede considerarse una pérdida de tiempo, por tanto un coste temporal. Pero este gasto es debido a que es posible que los cursos para trabajadores no se adecuen a la duración necesaria para los contenidos que se deben aprender.

Por tanto podemos afirmar que si hablamos de buena formación estamos hablando de una inversión a medio plazo. Pero si hablamos de mala formación sí que estamos invirtiendo en un gasto para la empresa. La pregunta en este momento es: ¿Qué se considera mala o buena formación?

Para ser capaces de definir la formación como gasto o inversión debemos tener en cuenta:

1. Adecuación a la oferta

Si contamos con el asesoramiento empresarial adecuado, podremos conseguir cursos bonificados seguridad social. La formación bonificada es una de las opciones más utilizada por las empresas sobre todo las pymes. Es por eso que es importante contar con un gestor de formación con certificado de profesionalidad. Ya que él tendrá en cuenta la situación de la empresa en todo momento y adecuará la oferta a las necesidades de la empresa.

2. El formador y la formación

La formación debe considerarse como una consecuencia de que hay beneficios. Es decir si los cursos de formación para empresas son impartidos por profesionales obtendremos una formación de empleados excelente. Es por eso que invirtiendo en equipo mejoramos la calidad y la rentabilidad de los servicios o productos ofrecidos y por tanto aumentamos en los beneficios de la empresa.

3. Temporalidad

Como hemos comentado cuando hablamos de gasto o inversión no solo son los aspectos económicos sino también los temporales. Ya que el tiempo que se invierte desempeñando un curso es tan valioso o casi más que el monetario. Por eso, los cursos de formación para empresas deben darse con tiempo y dedicándoles a cada uno de ellos las horas pertinentes, dependiendo de la enseñanza impartida y de la dificultad de la misma.

La formación debe conocerse como un elemento básico en la empresa, un factor básico y diferenciador de las empresas. Llegamos a considerar que el conocimiento de los empleados es el mayor capital que la empresa puede tener. Ya que las empresas que realicen cursos para trabajadores, tienen una mayor probabilidad de sobrevivir ante las exigencias del mercado. Además, de enfrentarse a los puntos débiles que afectan a la productividad y a la evolución del negocio.

En Gaudex, gestor de formación, aseguramos, como expertos en asesoramiento empresarial y con el certificado de profesionalidad, que la formación de empelados en una empresa es una inversión a medio plazo necesaria. Por una parte, porque las empresas pueden contar con formación bonificada y la inversión realizada puede no ser tan elevada con la bonificación recibida. Y por otra parte, porque los empleados recibirán la formación en la empresa, lo que permitirá que estén más motivados trabajando en ella y sean más productivos.